Posted on Dom, 31 Ago 2025, 09:01
© FAO / Sanja Knežević
Roma, 27 Agosto 2025. Se han adoptado dos nuevos protocolos de diagnóstico (PD) en el marco de la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF), con el fin de ayudar a los países a detectar e identificar con precisión plagas vegetales dañinas y así mejorar las estrategias de control y gestión. De acuerdo con el procedimiento de la CIPF, el Comité de Normas (CN) adoptó en nombre de la Comisión de Medidas Fitosanitarias (CMF) estos dos nuevos PD tras el período de notificación de agosto.
Los protocolos recientemente adoptados son PD 35: Meloidogyne mali (2018-019), que aborda el nematodo formador de nódulos radiculares que afecta a frutales y a diversos cultivos. y PD 36: especies de Pospiviroid (2018-031), que abarca un grupo de viroides capaces de causar enfermedades graves en cultivos solanáceos como el tomate y la papa, así como en ornamentales y cítricos.
Un diagnóstico preciso constituye el primer paso, y uno de los más críticos, para proteger la sanidad vegetal. La identificación temprana y fiable de plagas permite a los países actuar con rapidez para prevenir su introducción y propagación, salvaguardando la seguridad alimentaria, protegiendo la biodiversidad y favoreciendo un comercio seguro.
Los Protocolos de Diagnóstico (PD) son anexos a la NIMF 27 (Protocolos de Diagnóstico para Plagas Reglamentadas), una de las Normas Internacionales para Medidas Fitosanitarias (NIMF). Estos protocolos establecen requisitos mínimos armonizados para un diagnóstico preciso de plagas y procedimientos reconocidos internacionalmente para laboratorios y autoridades fitosanitarias en todo el mundo, garantizando que los resultados diagnósticos sean coherentes y científicamente sólidos.
Impacto mundial en cultivos y regiones
Meloidogyne mali ha sido ampliamente reportado en determinados países de Asia y se ha detectado con distribución restringida en Europa, Asia y América del Norte. Sus principales hospedantes incluyen el manzano (Malus domestica), el olmo (Ulmus) y la morera (Morus), aunque también puede afectar a otros frutales, arbustos y hortalizas. En un solo país de Asia se ha informado que las infestaciones de este nematodo redujeron el crecimiento de los manzanos entre un 15 % y un 43 %, con una disminución significativa del rendimiento de los frutos, mientras que en ensayos con morera se registraron pérdidas de hasta el 50 % del cultivo.
Las especies de Pospiviroid, por su parte, presentan distribución mundial y pueden infectar una amplia gama de plantas. Los hospedantes de mayor importancia económica son el tomate y la papa, en los cuales las infecciones pueden retrasar el crecimiento, reducir el tamaño de los frutos o causar tubérculos en forma de huso. Además, pimientos, cítricos, crisantemos y otras ornamentales también son hospedantes naturales, lo que pone de relieve los riesgos generalizados que representan estos patógenos. Los pospiviroides se diseminan fácilmente a través de semillas contaminadas, material de propagación, herramientas mecánicas, polen y, en algunos casos, vectores insectiles, lo que hace que el diagnóstico preciso y rápido sea esencial.
«La adopción de estos nuevos protocolos de diagnóstico refuerza el conjunto de herramientas de que disponen las organizaciones nacionales de protección fitosanitaria», afirmó Avetik Nersisyan, responsable de la CIPF para asuntos cotidianos y responsable de la Unidad de Establecimiento de Normas (SSU). «Con métodos de diagnóstico armonizados, los países están mejor preparados para tomar decisiones basadas en la ciencia, anticiparse y responder a los brotes, y generar confianza en el comercio internacional».
Los protocolos fueron elaborados por el Panel Técnico de Protocolos de Diagnóstico de la CIPF, un grupo de expertos mundiales que revisa y actualiza periódicamente los métodos de diagnóstico para reflejar los últimos avances científicos. Con estos dos nuevos PD, la cartera de protocolos de diagnóstico adoptados se amplía ahora a 36 protocolos de diagnóstico adoptados oficialmente en virtud de la NIMF 27, lo que refuerza la colaboración mundial en la lucha contra las plagas vegetales.
«Al proporcionar a nuestra comunidad mundial herramientas de diagnóstico armonizadas y basadas en la ciencia, estamos construyendo un sistema fitosanitario más resistente y proactivo», afirmó Adriana Moreira, subdirectora de la SSU. Para obtener más información sobre los protocolos de diagnóstico adoptados, consulte: