Posted on Mar, 03 Jun 2025, 13:17
© FAO/Desmond Kwande. Una agricultora en Zimbabwe planta semillas.
Zimbabwe está mejorando sus sistemas de cuarentena, construyendo nuevos puestos fronterizos y procedimientos de inspección, ya que las nuevas plagas vegetales detectadas recientemente en África suponen un riesgo importante para el sector agrícola del país.
En particular, el descubrimiento en 2024 de la marchitez de Goss en la vecina Sudáfrica, ha sido motivo de preocupación en Zimbabwe, que ahora se está comprometiendo con socios para el desarrollo e importadores para ayudar a adquirir reactivos para su uso en el análisis químico de los envíos de importación de plantas y productos vegetales que requieren inspección fronteriza.
La marchitez de Goss, conocida por su nombre científico Clavibacter nebraskensis, es un fitopatógeno que afecta principalmente al maíz y a ciertas gramíneas, y provoca un grave marchitamiento de las hojas, infección sistémica y retraso del crecimiento, reduciendo en última instancia el rendimiento de los cultivos. Anteriormente presente sólo en América del Norte, la plaga ha sido una de las enfermedades del maíz más destructivas de ese continente.
Zimbabwe expuso sus mejoras en materia de cuarentena en una reciente reunión celebrada en Roma, en la que funcionarios de 11 países de la región del Mercado Común para África Oriental y Meridional (COMESA) compartieron detalles sobre cómo mantendrán la confianza internacional en la seguridad de sus exportaciones de plantas y productos vegetales.
Los planes de los respectivos países se prepararon tras muchos meses de trabajo en evaluaciones de la capacidad fitosanitaria (ECF) que se llevaron a cabo para identificar las lagunas en sus sistemas de bioseguridad, con la orientación de la Secretaría de la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF).
Los planes de Zimbabwe fueron de los más avanzados presentados en Roma. Según Louisa Makumbe, especialista en desarrollo de la investigación del Ministerio de Tierras, Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de Zimbabwe, en el marco de sus mejoras fronterizas en materia de cuarentena, Zimbabwe tiene previsto reformar y construir instalaciones de posentrada.
«Se está construyendo una en Beitbridge. Es una puerta de entrada para las mercancías que vienen de Sudáfrica», declaró Makumbe en una reciente reunión sobre la armonización africana de la política fitosanitaria, celebrada en Roma, donde tiene su sede la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Asimismo, señaló que Zimbabwe temía la aparición de otras plagas vegetales, como el virus del moteado clorótico del maíz y la mancha negra de los cítricos, y que estaban previstas renovaciones en las instalaciones situadas en la frontera con Zambia y Botswana.
Los países del África meridional también están trabajando con la FAO para mejorar su capacidad fitosanitaria mediante la redacción y promulgación de una nueva legislación fitosanitaria, que incluirá la participación de las partes interesadas y posteriores talleres de validación.
Al mismo tiempo, las autoridades de protección fitosanitaria de Zimbabwe están formando a su personal en materia de vigilancia, diagnóstico y operaciones de los organismos, y colaboran con la Comisión de Servicios Públicos para crear 146 nuevos puestos adicionales, responsables del comercio seguro de plantas y productos vegetales.
Además, el país tiene previsto crear programas de concienciación sobre los riesgos fitosanitarios; está elaborando un plan estratégico sobre gestión de datos y documentación; adquirirá más vehículos, incluidos coches y motocicletas; y le gustaría llegar a acuerdos con los países vecinos para acceder a los puertos marítimos, donde podrían llevarse a cabo inspecciones y vigilancia conjuntas.
Las ECF llevadas a cabo por los 11 países del COMESA fueron financiadas por la Unión Europea, en el marco de un esfuerzo de 7 millones de dólares denominado Fortalecimiento de las capacidades y la gobernanza en materia de control alimentario y fitosanitario, se concibió para ayudar a los países a identificar las deficiencias de sus sistemas de importación y exportación, introducir mejoras y, en última instancia, promover un comercio internacional seguro.
«Las plagas de las plantas representan un gran desafío para la productividad agrícola, la seguridad alimentaria, la sostenibilidad medioambiental y la eficiencia comercial en la región de COMESA», según una evaluación de la Secretaría de la CIPF sobre las ECF llevadas a cabo en 11 países africanos.
«Abordar estos riesgos es fundamental para garantizar la estabilidad económica, proteger los medios de subsistencia y reforzar la seguridad alimentaria, especialmente en las naciones más vulnerables de la región».
Apoyar el comercio seguro mediante el desarrollo de capacidades
Para ayudar a mantener esfuerzos como la mejora de la cuarentena de Zimbabwe, la Secretaría de la CIPF ha publicado recientemente un nuevo curso de aprendizaje electrónico de la CIPF: Achieving Market Access for Plants and Plant Products (Lograr el acceso a los mercados para las plantas y productos vegetales). Disponible en el Campus Fitosanitario de la CIPF, desarrollado con la Academia de aprendizaje electrónico de la FAO, el curso describe el proceso que los países pueden seguir para obtener acceso a nuevos mercados para la exportación de plantas y productos vegetales, al tiempo que se minimizan las interrupciones del comercio y se previene la introducción de plagas.
Para obtener más información sobre el Campus Fitosanitario y cursos como éste, inscríbase aquí en el próximo seminario web de la CIPF del 11 de junio de 2025.