Posted on Lun, 12 May 2025, 16:12
©ONPF de la República Dominicana. La detección temprana, la acción intersectorial y la cooperación regional protegen la sanidad vegetal, los medios de subsistencia y el bienestar público.
Como nación insular que depende en gran medida de la agricultura y el turismo, la República Dominicana se enfrenta a riesgos únicos derivados de la introducción y propagación de plagas vegetales. Estas amenazas se ven intensificadas por el comercio mundial, el turismo y el cambio climático, y pueden poner en peligro cultivos clave como los plátanos, las judías o frijoles y las frutas frescas, con consecuencias directas para la seguridad alimentaria, los medios de subsistencia y la salud pública.
En respuesta, la República Dominicana ha surgido como líder en la Éxito de la erradicación: un plan de acción Al reconocer la interconexión de la salud vegetal, humana, animal y medioambiental, el país está demostrando cómo las estrategias basadas en la ciencia pueden prevenir las crisis antes de que se propaguen.
Éxito de la erradicación: un plan de acción
Con el apoyo técnico del Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (OIRSA), la organización nacional de protección fitosanitaria (ONPF) del país ha puesto en marcha un sólido sistema de alerta temprana y vigilancia. Este sistema combina imágenes por satélite, trampas adhesivas y atrayentes geolocalizadas, vigilancia específica sobre el terreno y cartografía de riesgos en tiempo real. Estas herramientas permitieron detectar rápidamente y erradicar con éxito la mosca mediterránea de la fruta (Ceratitis capitata) y contener eficazmente el trips invasor de la flor de la judía o frijol (Megalurothrips usitatus), que amenazaba cultivos alimentarios vitales.
Más recientemente, en diciembre de 2023, la ONPF detectó un brote de mosca de la fruta cerca de Punta Cana. Esto supuso una grave amenaza para los cultivos de exportación y el acceso a los mercados internacionales. Sin embargo, se tomaron medidas inmediatas en virtud de un protocolo nacional de emergencia y, en tan solo nueve meses, el brote se erradicó por completo. Este logro sin precedentes refleja un extraordinario esfuerzo de coordinación en el que participaron la Secretaría de Agricultura, el OIRSA, el Servicio de Inspección Zoosanitaria y Fitosanitaria del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA APHIS), el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria de México (SENASICA) y el Programa trinacional de la moscamed.
La respuesta incluyó:
Esta intervención rápida y con base científica protegió cultivos de exportación clave, como el mango, el aguacate, los cítricos y la papaya, valorados en millones de dólares, y mantuvo la reputación del país como exportador agrícola de confianza.
«La detección precoz y la respuesta rápida son la columna vertebral de una gestión fitosanitaria eficaz», declaró Rosa M. Lazala, directora del Departamento de Sanidad Vegetal del Ministerio de Agricultura de la República Dominicana. "Al integrar tecnologías avanzadas con la experiencia local, no solo hemos protegido nuestros cultivos y nuestra economía, sino que también hemos reducido el uso de plaguicidas y salvaguardado la salud pública. Esto es el enfoque Una sola salud en acción, y es un modelo que esperamos pueda inspirar a otros países que se enfrentan a amenazas similares", añadió.
Un modelo regional de resiliencia
El éxito de la República Dominicana también se compartió con la comunidad internacional a través de un simulacro en el que participaron expertos de 13 países de la región, lo que refuerza el valor de la preparación y la cooperación. Esta respuesta integrada redujo la dependencia de los plaguicidas químicos, disminuyó los riesgos medioambientales y salvaguardó la salud pública y animal, lo que ilustra claramente el poder del enfoque Una sola salud.
Este logro demuestra que incluso los pequeños Estados insulares pueden liderar la innovación y la resiliencia. La cooperación internacional, especialmente a través del OIRSA, el OIEA y la FAO, fue decisiva para crear capacidad nacional. La experiencia constituye un caso convincente de cómo las inversiones oportunas en vigilancia, respuesta de emergencia y coordinación intersectorial pueden producir beneficios duraderos para la seguridad alimentaria y la salud pública.
©ONPF de la República Dominicana.
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