Posted on Jue, 19 Mar 2020, 16:37
La Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF) es un tratado intergubernamental suscrito por 184 países, que tiene por objetivo proteger los recursos vegetales del mundo de la introducción y dispersión de plagas, además de promover el comercio seguro. La Convención introdujo Normas internacionales para medidas fitosanitarias (NIMF) como herramienta principal para alcanzar sus metas, convirtiéndose en el único organismo normativo mundial para la sanidad vegetal. La Secretaría de la CIPF ha desarrollado una serie de mensajes y respuestas clave relevantes a la CIPF abordando el reciente brote de COVID-19 y las lecciones que pueden obtenerse de ello para la comunidad fitosanitaria mundial. El propósito de este mensaje es proporcionar información pertinente de la CIPF relacionada con el contagio del COVID-19.
1. ¡Prevenir siempre es mejor que curar!
Es una coincidencia desafortunada que durante el Año Internacional de la Sanidad Vegetal (AISV) en 2020, el brote mundial de COVID-19 está mostrando al mundo cómo la adopción de medidas preventivas es fundamental para proteger a los países de la introducción y diseminación de enfermedades humanas devastadoras. La pandemia del COVID-19 está demostrando que prevenir es siempre mejor que curar, y esto es aplicable a la salud de los humanos, animales y plantas.
«La mejor ciencia nos dice que, si los países se dedican a detectar el virus, realizar pruebas, tratar, aislar y hacer un seguimiento, y movilizan a la población en la respuesta, se pueden hacer grandes avances en mitigar la transmisión», dijo el Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las acciones de prevención basadas en la ciencia, incluidas las medidas de cuarentena para contener las amenazas de virus invasivos son indispensables para proteger la salud de las personas, animales y plantas por igual.
2. Transporte y comercio internacional: los virus no llevan pasaportes para cruzar las fronteras, pero las plantas y otras mercancías reguladas requieren certificados fitosanitarios
Los virus y las enfermedades no llevan pasaportes cuando se trasladan de un país a otro, sino que la mayoría de las veces se dispersan involuntariamente con las personas y el traslado comercial de mercancías. Es fundamental promover conductas atentas y prudentes entre los miembros del público para alcanzar un objetivo mundial común y proteger la salud a diferentes niveles. Los viajes de las personas por el mundo pueden ser un vehículo involuntario de infección, trasladando virus y enfermedades vegetales. Con la globalización y el resultante incremento del transporte y los viajes, así como del creciente comercio internacional, hay mayor posibilidad de que las plagas de vegetales de distintos tipos traspasen las fronteras con los envíos y los viajeros, además de dispersar estas plagas a ritmos alarmantes. El brote del COVID-19 actual nos está mostrando que el mundo debe ser extremamente cuidadoso con los viajes de las personas y estar preparado para afrontar cualquier emergencia. En el ámbito de la sanidad vegetal también debemos facilitar el comercio seguro de plantas, productos vegetales y otros artículos, como los contenedores marítimos que pueden facilitar la dispersión de las plagas. La detección o la cuarentena son medidas de seguridad indispensables para contener epidemias; ya sean por emergencia humana, animal o de sanidad vegetal.
3. ¿Qué riesgos corren los inspectores examinando envíos para certificar las exportaciones o verificar que se cumplen los requisitos de importación?
Los inspectores de envíos en la frontera podrían estar expuestos a riesgos sanitarios. En referencia a los problemas sobre seguridad y salud relativa a envíos remítase a las directrices de la OMS sobre cómo proteger la salud humana durante el brote del COVID-19:
https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/advice-for-public
La Secretaría de la CIPF también sugiere utilizar la certificación electrónica de la CIPF (ePhyto) siempre que sea posible. Las ONPF y el personal de inspección pueden consultar las siguientes fuentes:
• https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019
• http://www.fao.org/2019-ncov/es/
• https://www.ephytoexchange.org/
4. ¿Qué pasa si se retrasa el certificado fitosanitario de un envío?
Durante este tiempo sin precedentes, los certificados se están retrasando por circunstancias ajenas a la voluntad de las ONPF y el sector. La Secretaría de la CIPF anima a los países a ser tan flexibles como y cuando sea posible. Debido a las numerosas cancelaciones de vuelos y los subsecuentes retrasos portuarios causados por el coronavirus, algunos miembros de la CIPF están viviendo una situación en la que el certificado fitosanitario (PC) de un envío no llega a tiempo para la inspección o según los propios límites internos de tiempo entre la inspección y la emisión o la inspección y la exportación. Algunos países están animando a sus socios comerciales a enviar físicamente los certificados fitosanitarios con el envío para evitar los retrasos.
La Secretaría de la CIPF también anima a realizar cualquier actividad que pueda garantizar que un envío se pueda procesar a tiempo durante esta situación. Además, la Secretaría de la CIPF anima a los países que utilizan la Solución ePhyto de la CIPF a emplear al máximo esta herramienta para propósitos como este, especialmente para los países que tienen la posibilidad de recibir los PC de manera electrónica y ya tienen la infraestructura que les permite prescindir del papel. Animamos a los países a notificar a la CIPF su estado a este respecto a través de la herramienta de colaboración disponible en el Hub de ePhyto. Para los países que aún no han empezado a utilizar el sistema, sugerimos que consideren la aplicación y uso del Sistema nacional genérico de ePhyto como una manera posible de garantizar que los envíos salgan a tiempo y de manera eficiente.
5. La protección de la sanidad vegetal es fundamental para la seguridad alimentaria, especialmente en situaciones de emergencia
Las plantas son la principal fuente de ingresos de casi la mitad de la población mundial y constituyen casi el 80% del alimento que ingerimos. La experiencia del brote de COVID-19 actual destaca la necesidad de garantizar que las plantas estén protegidas de los estragos de las plagas y enfermedades vegetales. El comercio de plantas y productos vegetales crea riqueza y apoya el desarrollo económico en muchos países del mundo. Sin embargo, una de las consecuencias potenciales de esta emergencia mundial es la posibilidad del comercio interrumpido, que podría a su vez comprometer el acceso al suministro seguro y estable de alimentos. Esta es la razón por la que es ahora más importante que nunca tomar medidas para garantizar el suministro seguro de alimentos frescos y proteger las plantas de plagas. Mientras que el COVID-19 afecta a la salud humana en todo el mundo, las plagas y enfermedades vegetales siguen siendo una amenaza para la producción de alimentos. En estos momentos, es especialmente importante no bajar la guardia y recordar siempre que una amenaza a la sanidad vegetal es una amenaza a la salud y la prosperidad de las personas, especialmente las más vulnerables. En esta situación crítica, todos somos vulnerables y la protección de la sanidad vegetal pasa a ser fundamental para nuestro propio bienestar. Este es el noble objetivo por el que se creó la CIPF, como expresa el lema del AISV: «proteger las plantas, proteger la vida».
6. Brotes de plagas y pérdidas económicas: «Pagar un poco ahora o pagar mucho más después»
No espere: ¡actúe ya para prevenir los brotes de plagas! La desaceleración económica mundial es uno de los resultados de esta pandemia. En general, prevenir tiene un coste menor que tratar y erradicar un brote. Esto es válido tanto para la salud humana como la salud vegetal. «Actuar ahora para evitar una crisis es un enfoque más humano, efectivo y rentable que responder al resultado de una catástrofe», subrayaron las autoridades de la ONU. Si las infecciones o infestaciones y los brotes que afectan tanto a los humanos como a la sanidad vegetal no se detectan y controlan a tiempo, la erradicación de una enfermedad puede llevar varios años y costar millones de dólares, si puede llegar a ser contenida. Lo que está pasando ahora con el COVID-19 a nivel de salud pública es similar a lo que pasa en los países africanos combatiendo la plaga de langostas del desierto. Según la FAO, solo el coste de respuesta al impacto de las langostas sobre la seguridad alimentaria será al menos 15 veces mayor que el coste de prevención de la dispersión de este insecto.
7. La salud es un asunto mundial: el papel fundamental de la comunidad internacional
La coordinación mundial es fundamental para abordar el COVID-19. Es hora de que la comunidad internacional actúe con mayor firmeza de manera coordinada. Cuando un virus como el Coronavirus tiene un brote en un país o en unos pocos territorios distantes, la comunidad internacional debe darse por enterada y desarrollar un respuesta rápida y coordinada. La adopción de medidas divergentes podría ser incluso más catastrófica para los países que viven en una emergencia. El Director General de la OMS hizo un llamamiento mundial para que se tengan en cuenta las 5 P principales: Prevención, Preparación, salud Pública, liderazgo Político y Personas cuando se trate de esta pandemia del COVID-19.
La comunidad de salud vegetal puede aprender mucho de esto y ese es el motivo por el que es importante que los países sigan la Normas internacionales para medidas fitosanitarias de la CIPF cuando establezcan sus medidas fitosanitarias nacionales y así armonizar las medidas a nivel mundial. Compartir los conocimientos y las mejores prácticas es fundamental para afrontar las crisis mundiales y combatir a los enemigos comunes. Les animamos encarecidamente a que tomen medidas para proteger la sanidad vegetal como otro aviso de la emergencia actual.