Blog: Por qué es importante la sanidad vegetal en el enfoque "Una sola salud"

Por Osama El-Lissy, Secretario de la CIPF

Mientras trabajamos por un mundo con hambre cero y aspiramos a una vida mejor para todos, es esencial que la sanidad vegetal siga desempeñando su papel fundamental en el nexo entre la salud humana, animal y medioambiental. Todos estos elementos son interdependientes entre sí. He aquí por qué.

Las plantas sanas proporcionan alimentos seguros y nutritivos a miles de millones de personas en todo el mundo, pero las plagas vegetales dañan casi el 40% de los cultivos mundiales. Las poblaciones más vulnerables son las que más sufren, sobre todo las que ya se enfrentan a la inseguridad alimentaria por el impacto del cambio climático, los conflictos o las catástrofes naturales. Las tendencias recientes del hambre en el mundo advierten de que habrá más personas que pasen hambre en los próximos años, además de los 828 millones de personas que pasaban hambre en 2021. Esto debería ser suficiente impulso para que los actores del marco "Una sola salud" consideremos la sanidad vegetal más concienzudamente.

Además, los ecosistemas sanos y la diversidad biológica son fundamentales para un medio ambiente sano, que es crucial para que las plantas prosperen. Sin embargo, las especies exóticas invasoras siguen dañando la biodiversidad y son una de las principales causas de su pérdida. Un clima cambiante también ha creado nuevas zonas favorables para que las plagas de plantas se reproduzcan y proliferen. Si no se controlan, las plagas y enfermedades de las plantas pueden afectar a nuestras fuentes de alimentos, incluida la producción agrícola, los bosques y los recursos acuáticos. Además, el aumento de las incursiones de plagas puede incrementar nuestra dependencia de los plaguicidas. Todos estos factores repercuten de un modo u otro en nuestra salud y bienestar. Pero podemos hacer algo para cambiar las cosas.

El establecimiento y cumplimiento de normas fitosanitarias internacionales puede frenar los daños que las plagas de las plantas causan a la salud humana, animal y medioambiental. La Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF) y las Normas Internacionales para Medidas Fitosanitarias (NIMF) establecen disposiciones que los países pueden adoptar para evitar la entrada y propagación de plagas vegetales. Estas medidas también hacen que el comercio de plantas y productos vegetales sea más seguro y esté libre de plagas.

La aplicación de normas fitosanitarias, por ejemplo, permite a los países responder adecuadamente a la presencia de plagas vegetales o mitigar la entrada de plagas a través de contenedores marítimos contaminados en el comercio de plantas y productos agrícolas o forestales. Estas normas también permiten a los países importadores someter las mercancías comercializadas a un tratamiento de diagnóstico si se descubre que son portadoras de plagas vegetales. Así se evita que las plagas se introduzcan en el país importador, donde podrían dañar la flora local y, por tanto, la economía y los medios de vida locales.

Además, la evaluación del impacto del cambio climático en la sanidad vegetal a lo largo del tiempo nos proporciona pruebas científicas sobre cómo cambian los comportamientos de las plagas de las plantas a medida que aumentan las temperaturas. Esto da a la comunidad fitosanitaria -científicos, agricultores, industrias, investigadores y otros- una idea de cómo estos fenómenos podrían causar mayores daños a la seguridad alimentaria y al medio ambiente a medida que las plagas se desplazan a nuevas zonas. De este modo, podemos desarrollar herramientas e innovaciones para evitarlo.

En la CIPF apoyamos plenamente los principios de "Una sola salud", según los cuales la sanidad vegetal coexiste en la interfaz humana, animal y medioambiental. Las plantas proporcionan más del 80% de los alimentos que comemos y el 98% del oxígeno que respiramos. Nuestras vidas dependen de las plantas, y por eso la sanidad vegetal es importante.